¿Cuáles son los 4 periodos de la Etapa Lítica?

Periodos de la Etapa Lítica

La Etapa Lítica representa el periodo más antiguo de la historia de América, extendiéndose aproximadamente desde el 33,000 a.C. hasta el 2,500 a.C.. Durante esta extensa etapa, los primeros habitantes del continente desarrollaron herramientas de piedra y adoptaron modos de vida basados en la caza, la recolección y, posteriormente, la agricultura incipiente. Esta etapa se divide en cuatro periodos principales: Arqueolítico, Cenolítico Inferior, Cenolítico Superior y Protoneolítico.

Arqueolítico (33,000 – 9,500 a.C.)

El Arqueolítico es el periodo más antiguo de la Etapa Lítica. Durante esta época, los grupos humanos eran nómadas y dependían principalmente de la recolección de plantas, la pesca y la caza de animales menores. Las herramientas utilizadas eran rudimentarias, elaboradas mediante técnicas de percusión directa, y se empleaban para procesar alimentos y otros recursos naturales.

En este periodo, la tecnología lítica se caracterizaba por la fabricación de raspadores y raederas de gran tamaño, tallados de manera burda. La presencia de puntas de proyectil es escasa, lo que indica que la caza de grandes animales no era una actividad predominante. Sin embargo, existen evidencias de aprovechamiento ocasional de megafauna, como mamuts, aunque no necesariamente mediante caza directa.

Cenolítico Inferior (9,500 – 7,000 a.C.)

El Cenolítico Inferior se caracteriza por un cambio climático significativo que provocó transformaciones en la flora y fauna del continente. Estos cambios obligaron a los grupos humanos a adaptar sus estrategias de subsistencia, dando mayor importancia a la caza de animales medianos y pequeños.

Durante este periodo, se desarrollaron técnicas más avanzadas para la elaboración de herramientas, como la talla bifacial y la presión indirecta, lo que permitió la creación de puntas de proyectil más eficientes. Estas innovaciones tecnológicas facilitaron la caza y el procesamiento de alimentos, aumentando la eficiencia en la obtención de recursos.

Cenolítico Superior (7,000 – 5,500 a.C.)

En el Cenolítico Superior, la extinción de la megafauna llevó a una reorientación en las estrategias de subsistencia. La recolección de frutos y semillas adquirió mayor importancia, y la caza se centró en especies más pequeñas. Este periodo también se caracteriza por un aumento en las temperaturas y cambios en los niveles del mar, lo que afectó los patrones de asentamiento y movilidad de los grupos humanos.

Las herramientas líticas continuaron evolucionando, con la aparición de instrumentos más especializados para la recolección y procesamiento de vegetales. La diversificación en el uso de recursos naturales refleja una adaptación a las nuevas condiciones ambientales y una mayor complejidad en las prácticas culturales.

Protoneolítico (5,500 – 2,500 a.C.)

El Protoneolítico marca una transición hacia formas de vida más sedentarias y el inicio de la agricultura incipiente. Durante este periodo, se comenzaron a domesticar plantas como el maíz, el frijol, el amaranto, el chile y la calabaza, lo que permitió una mayor estabilidad en la obtención de alimentos y el establecimiento de aldeas permanentes.

La tecnología lítica alcanzó un mayor grado de sofisticación, con herramientas más elaboradas y especializadas para la agricultura y otras actividades productivas. Este periodo también se caracteriza por la aparición de prácticas culturales más complejas, como los rituales de entierro y la construcción de estructuras habitacionales más duraderas.


La división de la Etapa Lítica en estos cuatro periodos refleja la evolución de las sociedades humanas en América, desde grupos nómadas de cazadores-recolectores hasta comunidades sedentarias con una economía basada en la agricultura. Cada periodo representa adaptaciones a cambios ambientales y avances tecnológicos que sentaron las bases para el desarrollo de las civilizaciones precolombinas.

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