Dedicar un poema es una de las formas más sinceras de expresar lo que muchas veces las palabras cotidianas no alcanzan a decir. Un verso puede capturar un sentimiento profundo, un recuerdo compartido o simplemente un instante de amor genuino. En este artículo hallarás cinco poemas largos, de autores consagrados, ideales para dedicar a quienes amas. Son textos que despiertan la emoción, invitan a la reflexión y celebran los lazos humanos.
Poema 1: Carta de amor (Pablo Neruda)
Pablo Neruda, el gran poeta chileno galardonado con el Premio Nobel de Literatura, plasmó en sus versos la pasión amorosa con una intensidad difícil de igualar. Este poema es una declaración que trasciende el tiempo y se convierte en una caricia escrita.
Carta de amor
Amor mío, si muero y tú no mueres, no demos al dolor más territorio: no hay extensión como la que vivimos.
Polvo en el trigo, arena en las arenas el tiempo, el agua errante, el viento vago nos llevo como grano navegante.
Pudimos no encontrarnos en el tiempo.
Esta pradera en la que nos hallamos, Oh pequeña infinita, devolvamos.
Pero este amor, amor, no ha terminado.
Este amor no termina como el trigo ni como la palabra que se olvida.
Es así como el mar se va entregando por las piedras del alma, por la espuma, y como el fuego arde sin ceniza.
Amor mío, si muero y tú no mueres, si tú mueres y yo no muero, no demos al dolor más territorio:
no hay extensión como la que vivimos.
Poema 2: En paz (Amado Nervo)
Amado Nervo, poeta mexicano de honda espiritualidad, escribió este poema como una meditación sobre la vida, la gratitud y la serena aceptación del destino. Perfecto para compartir con un ser querido en momentos de reflexión.
En paz
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino; que si extraje las mieles o la hiel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno: ¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas; mas no me prometiste tan sólo noches buenas; y en cambio tuve algunas santamente serenas…
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
Poema 3: El brindis del bohemio (Guillermo Aguirre y Fierro)
Este poema del mexicano Guillermo Aguirre y Fierro es una joya de la poesía costumbrista. El brindis, hecho por un bohemio en una noche de amigos, se transforma en una conmovedora dedicatoria a la madre. Emotivo y memorable.
El brindis del bohemio
En torno de una mesa de cantina, una noche de invierno, regocijadamente departían seis alegres bohemios.
Y al calor del buen vino, rememorando viejas aventuras, recitaban poemas, cantaban, reían…
…Y el bohemio más joven levantó su copa al cielo y dijo:
—Brindo por la mujer, pero no por esa que me ha dado su amor, su juventud entera, la que en sus besos dulces calma mi pena, ni por la que en su lecho me brinda dicha plena.
No brindo por la amada que en mi ardor delirante me hace olvidar el mundo con su pasión constante; ni por la compañera de mis noches tranquilas, ni por la que me cubre de caricias sutiles.
Yo brindo por mi madre, por su amor tan inmenso, por su cariño eterno, por sus noches en vela, por su abrigo y su rezar sincero…
—Brindo, señores, por la madre buena, por la que es todo amor, todo ternura, todo comprensión y calma; por esa santa mujer que nos dio el alma, y que muchas veces muriendo de hambre nos dio su pan con santa amargura.
Poema 4: Si me quieres, quiéreme entera (Dulce María Loynaz)
Dulce María Loynaz, escritora cubana, elevó el lenguaje poético con una claridad que conmueve. Este poema habla del amor total, del deseo de ser aceptado sin condiciones. Un texto poderoso para dedicar a quien amamos de forma completa.
Si me quieres, quiéreme entera
Si me quieres, quiéreme entera, no por zonas de luz o sombra… Si me quieres, quiéreme negra y blanca. Y gris, y verde, y rubia, y morena…
Quiéreme día, quiéreme noche… ¡Y madrugada en la ventana abierta!
Si me quieres, no me recortes: ¡Quiéreme toda… o no me quieras!
Poema 5: Te quiero (Mario Benedetti)
Mario Benedetti, con su estilo cercano y claro, logró que sus versos se transformaran en parte de la vida de millones. Este poema es un canto al amor solidario, al amor que se comparte en la lucha diaria. Es una declaración que vale la pena leer y regalar.
Te quiero
Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos, te quiero porque tus manos trabajan por la justicia.
Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.
Tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada, te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro.
Tu boca que es tuya y mía, tu boca no se equivoca, te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía.
Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo y en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.
Y por tu rostro sincero y tu paso vagabundo, y tu llanto por el mundo porque sos pueblo, te quiero.
Y porque amor no es aureola ni cándida moraleja y porque somos pareja que sabe que no está sola.
Te quiero en mi paraísos, es decir, que en mi país, la gente viva feliz aun sin permiso del cielo.
Porque el amor no necesita de perdón ni de infierno, ni cielo, ni ley suprema, sólo un sitio de ternura.
Cada uno de estos poemas es un regalo para quien los reciba. Ya sea para una madre, una pareja, un amigo o una hermana, estas palabras tienen el poder de tocar el corazón. Dedicar un poema no es solo un gesto romántico o afectivo: es una forma de decir «te valoro», «te recuerdo» y «te llevo dentro».
Leerlos, compartirlos o escribirlos a mano y entregarlos en una carta puede ser un acto que se convierta en memoria imborrable. Que estos versos sirvan de puente entre tu corazón y el de tus seres queridos.